P. Tinto y Olivia, forman un hogar en un aislado valle por el que sólo pasa, cada veinticinco años, el Expreso Pendular del Norte. Los P. Tinto desean tener hijos, pero pasan los años y no llegan. Cincuenta años después, dos marcianos, llegan al valle, y los P. Tinto, pensando que son sus hijos, los adoptan.